Ansiedad y trastornos de ansiedad
Cómo reconocer los signos de la ansiedad y formas de obtener ayuda
La ansiedad se ha convertido, cada vez más, en un tema de conversación común. Probablemente, se deba a que muchas personas han experimentado, al menos, un poco de ansiedad en un momento u otro. La ansiedad puede aparecer como una reacción a las relaciones, la salud, la escuela, el trabajo, las finanzas, los cambios inesperados, los grandes acontecimientos de la vida, entre otras cuestiones. A veces, la ansiedad puede considerarse una emoción saludable; en algunos momentos, te indica que prestes más atención a tu salud mental. Sin embargo, cuando los pensamientos o preocupaciones se vuelven intrusivos y las inquietudes del tipo "qué pasaría si" comienzan a afectar la vida diaria, es posible que la persona padezca un trastorno de ansiedad.
¿Qué es un trastorno de ansiedad?
Un trastorno de ansiedad se define como tener un frenesí de pensamientos o sentimientos paralizados por el miedo, o cuando los pensamientos se sienten fuera de control.1 Más de 40 millones de adultos solo en los Estados Unidos sufren trastornos de ansiedad.2
¿Qué causa la ansiedad?
Aunque se desconoce la causa exacta de la ansiedad, las investigaciones apuntan a que pueden influir los factores genéticos, los eventos negativos o las experiencias de vida estresantes. Algunas afecciones de salud o efectos secundarios de los medicamentos también pueden producir o agravar los síntomas.2
Signos y síntomas de un trastorno de ansiedad
Los signos y síntomas pueden incluir los siguientes2:
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Pensamientos que no desaparecen
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Dificultad para concentrarse
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Evitar determinadas situaciones por preocupación
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Consumo de sustancias (alcohol, drogas, tabaco) para afrontar una situación
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Comer más o menos de lo habitual
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Experimentar una sensación de peligro o fatalidad percibida
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Sentirse nervioso o tenso
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Sentirse débil o cansado
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Sentirse deprimido
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Aumento del ritmo cardíaco
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Respiración acelerada
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Dolores de cabeza
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Dolor muscular
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No poder dormir
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Dolor de estómago
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Sensación de mareo o aturdimiento
¿Cuándo debo buscar ayuda profesional para la ansiedad?
Si experimentas alguno de los signos de ansiedad que se indicaron anteriormente, puede que sea el momento de buscar ayuda. Se necesita valor para pedir ayuda, pero es un primer paso importante. Un especialista en salud conductual puede ayudarte a encontrar formas de afrontar la ansiedad y controlar tus pensamientos y preocupaciones. Aprende a elegir un proveedor de salud mental.
Si tú o un ser querido tiene pensamientos o planes suicidas, llama al 911 de inmediato. La línea de prevención del suicidio y crisis 988 también está disponible las 24 horas, los 7 días de la semana, y brinda apoyo confidencial y recursos de prevención y crisis. Llama al 988 o chatea en línea en 988lifeline.org/chat. Para usuarios de TTY: use su servicio de retransmisión preferido o marque 711 y, luego, 988.
Por qué es importante buscar ayuda para la ansiedad
No es raro que quienes luchan contra la ansiedad esperen que el problema desaparezca por sí solo. La realidad es que, si no se tratan, los síntomas pueden empeorar mucho. Con la combinación adecuada de terapia, manejo del estrés y medicación, la ansiedad se considera tratable.2
Formas de disminuir la ansiedad3
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Deja de hacer lo que estás haciendo. Cierra los ojos. Inspira y exhala lentamente.
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Come alimentos saludables.
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Duerme lo suficiente: establece un horario y trata de no usar teléfonos celulares ni computadoras portátiles en la cama.
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Concéntrate en lo que puedes cambiar.
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Hazte el tiempo para hacer ejercicio.
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Limita el alcohol y la cafeína.
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Vuelve a entrenar tu cerebro para que tenga pensamientos positivos; puedes eliminar ese pensamiento negativo reformulándolo.
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Vuelve al presente haciendo algo tangible: sostén un cubito de hielo o frota un trozo de tela suave entre los dedos. La sensación puede involucrar tus sentidos (tus pensamientos no pueden estar en dos lugares a la vez).
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Redirige tu energía a otra cosa (sal a caminar, limpia, mira un video divertido).
Si tienes problemas para controlar tus miedos y preocupaciones, busca ayuda profesional como se describió anteriormente. No seas tan duro contigo mismo. Mereces compasión y comprensión mientras intentas recuperar el equilibrio.
Tipos de ansiedad
Puede resultar útil saber que existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad. Saber con qué tipo estás lidiando sirve para comprender mejor cómo afrontar la situación y buscar ayuda si es necesario.
Este es el tipo de ansiedad que se diagnostica con mayor frecuencia. El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se produce cuando una persona se preocupa en exceso o sigue pensando en los peores escenarios, incluso cuando existen pocos motivos de preocupación o no existe ninguno. Entre las señales de advertencia, se encuentra la dificultad para controlar la preocupación que ocurre la mayoría de los días de la semana durante al menos seis meses o más.5 La preocupación puede estar relacionada con la salud, el trabajo, las situaciones sociales, el dinero, los acontecimientos actuales, la vida cotidiana u otros motivos.
Es posible que tengas un trastorno de ansiedad social si notas que tienes un miedo irrazonable a interactuar con los demás. Puede deberse a que te preocupa ser juzgado, humillado o rechazado. Las personas con trastorno de ansiedad social pueden hacer todo lo posible para mantenerse alejadas de situaciones sociales.
Más frecuentes en hombres que en mujeres, los trastornos de pánico pueden presentar cuando se experimentan grandes cargas de estrés.3 En los trastornos de pánico, los sentimientos de terror repentinos y abrumadores provocan ataques de pánico en cualquier momento y en cualquier lugar. A veces, suceden sin previo aviso. Puedes comenzar a sudar, hiperventilar, vomitar, sentir dolor en el pecho o sentirte mareado cuando aparece.
Este tipo de trastorno de ansiedad, por lo general, se desencadena después de ver o experimentar un evento perturbador. Los recuerdos recurrentes, las pesadillas y la ansiedad grave pueden comenzar meses o años después e interferir en tu vida. La intensidad de los síntomas pueden variar con el tiempo.3
Una fobia puede ser una aversión o un miedo intenso a objetos o situaciones desproporcionados en relación con el peligro real.2 Entre algunas fobias frecuentes, se incluye el miedo a volar, a las alturas, a lugares públicos, a espacios cerrados, al agua, a ciertos animales (arañas, serpientes, perros), a la sangre, a inyecciones, a situaciones sociales o a estar separado de un ser querido. No importa cuál sea el miedo, las personas con fobias tienen algo en común: harán todo lo posible para mantenerse alejadas de lo que les asusta.5