5 consejos para planificar comidas y comer sano con poco presupuesto
Para muchos, encontrar tiempo para comer alimentos saludables puede parecer un desafío. Después de todo, es complicado cumplir con todo: asistir a las citas con el médico, hacer deporte o actividades a última hora del día, tachar tareas de la interminable lista de pendientes. Además, cuando estás ocupado, lo más frecuente es optar por comidas más rápidas y económicas, pero la verdad es que, a menudo, no ofrecen las vitaminas y nutrientes necesarios para una salud óptima. Sigue leyendo para obtener consejos para comer saludable con un presupuesto limitado.
1. Planifica tu semana
¿Te lleva la falta de planificación a hacer una búsqueda rápida en Internet de comida barata y cerca de mí? A muchos nos sucede lo mismo. Estos son algunos consejos sobre cómo planificar tu semana para adaptarte a tu presupuesto de comidas y abastecer tu refrigerador.
- Decide, con anticipación, qué día de la semana tendrás que comer algo rápido cuando estés fuera de casa (y elige el restaurante que mejor te resulte y que ofrezca opciones de menú más saludables, como ensaladas, vegetales al vapor o fruta fresca).
- ¿Tienes un viaje largo? Lleva, en el automóvil, refrigerios saludables (como fruta, frutos secos o galletas saladas) para evitar detenerte en un local de comida rápida.
- Elige un día de la semana para preparar comidas económicas y saludables para la familia. Prueba platos sencillos que puedas combinar con frutas y vegetales, como avena para el desayuno preparada la noche anterior, ensaladas para el almuerzo y una receta de olla de cocción lenta para las cenas.
2. Compra de manera inteligente
Si estás aprendiendo a comer saludable con un presupuesto limitado, estás en el lugar correcto. Los pequeños cambios en la forma de comprar alimentos pueden marcar una gran diferencia en tu cuenta bancaria.
¿Sabías que comer productos locales de temporada es mejor para ti, mejor para los agricultores locales y cuesta menos? Visita el mercado de agricultores local para encontrar alimentos de origen local y más frescos que los que encontrarás en las tiendas. Las frutas y vegetales comienzan a perder sus nutrientes a las 24 horas después de su recolección, por lo que cuanto más rápido lleguen a tu mesa, más te beneficiarás. Además, estarás apoyando a los productores locales que no tienen que depender del transporte de sus productos por todo el país, lo que ayuda a reducir su huella de carbono.
¿Necesitas comidas saludables y cuentas con un presupuesto limitado? Hay una razón por la que las tiendas al por mayor son tan populares. Por lo general, puedes obtener más por menos. Esta estrategia podría funcionar mejor en el caso de los alimentos no perecederos, como nueces y semillas, frutas deshidratadas, productos enlatados o condimentos. Este enfoque también ayuda a reducir la frecuencia de los viajes a la tienda (y también a la gasolinera).
Para aprovechar los beneficios de comprar al por mayor, busca productos congelados o enlatados para que tu cocina permanezca abastecida por más tiempo. Como estos alimentos no necesitan consumirse de inmediato, puedes tenerlos a mano durante más tiempo.
3. Evita los alimentos procesados
No todos los alimentos procesados son perjudiciales para la salud. De hecho, el pan, el humus, el yogur y las barras de proteínas se consideran procesados. Cualquier alimento que se haya alterado antes de llegar a nuestro carrito de compras es un alimento procesado, lo que incluye incluso secar o congelar (pero las fresas congeladas son buenas para la salud). Si sabes, de antemano, qué alimentos procesados evitar o comer con moderación (como papas fritas, pizzas congeladas, productos horneados comprados en tiendas), lograrás que tú y tu familia puedan comer de forma saludable.
4. Prepara porciones grandes
¿Alguien dijo comidas congeladas? Preparar grandes porciones de tus platos saludables favoritos te ahorrará tiempo y dinero. Además, pueden acabar siendo las comidas más económicas para tu familia. Piensa en recetas que puedas preparar y que no necesiten muchos ingredientes, como chile, sopa, salteados y estofados. Elige una proteína, agrega algunos vegetales y obtendrás una cena saludable y económica que durará un tiempo en el congelador.
5. Guarda las sobras
Utiliza las sobras y así evitarás el desperdicio de comida y dinero. Asegúrate de guardar, de forma adecuada, los restos de comida en el refrigerador o el congelador y sé creativo en la cocina. Las papas de la cena de anoche pueden convertirse en un buen burrito de desayuno, la fruta se puede mezclar y combinar para obtener un batido refrescante, y podrás congelar la lasaña que preparaste hace 2 noches hasta que se te antoje comerla nuevamente.