Kidney stones: síntomas, tipos y tratamientos
Cálculos renales. Son pequeños, pero potentes. ¿Sabías que más de medio millón de personas acuden a la sala de emergencias cada año por cálculos renales?1 Quizás, te preguntes cómo algo tan pequeño puede ser tan doloroso. La mayoría de los cálculos renales varían en tamaño: desde un grano de arena hasta un garbanzo. Sin embargo, en raras ocasiones, algunos pueden crecer hasta alcanzar el tamaño de una pelota de golf. Continúa leyendo para saber qué son los cálculos renales y qué debes saber si crees que puedes tener uno.
¿Qué son los cálculos renales?
Un cálculo renal es una masa dura formada por minerales, sales y sustancias químicas que se forman dentro de los riñones. En concreto, estas sustancias pueden ser calcio, ácido úrico, xantina. Todos son desechos que suelen ser eliminados del cuerpo a través de la orina. Sin embargo, si no hay suficiente orina para eliminar estos desechos del cuerpo, pueden concentrarse y cristalizarse en una pequeña piedra.2, 3
¿Qué tipos de cálculos renales existen?
Según su composición, los cálculos se clasifican en grupos. Esta clasificación ayuda a los médicos a determinar por qué aparece en primer lugar y cómo podrías prevenir futuros cálculos. Por lo tanto, si expulsas un cálculo en casa, guárdalo para un análisis médico. Los diferentes tipos de cálculos renales son los siguientes2,3:
- Cálculo de calcio: es el tipo más frecuente de cálculo renal. Los cálculos de calcio, por lo general, se desarrollan como oxalato de calcio y se forman cuando el calcio y el oxalato se combinan en la orina. Los cálculos de oxalato de calcio están relacionados, principalmente, con niveles elevados de oxalato, cantidades bajas de calcio y un consumo insuficiente de líquidos. Una segunda variación de los cálculos de calcio se desarrolla como fosfato de calcio. Estos cálculos suelen ser causados por afecciones metabólicas o ciertos medicamentos.
- Cálculo de ácido úrico: los cálculos de ácido úrico se forman cuando se pierde demasiado líquido (piensa en la deshidratación). Podría deberse a la diarrea crónica, la malabsorción o simplemente a no beber suficiente agua. También es frecuente en personas con una dieta alta en proteínas, afecciones metabólicas o ciertos factores genéticos.
- Cálculo de estruvita: estos cálculos son menos frecuentes y se forman cuando hay una infección del tracto urinario. Pueden crecer con rapidez y mostrar pocos síntomas o ninguno.
- Cálculo de cistina: este tipo de cálculo es poco frecuente y se forma en personas que tienen una afección hereditaria llamada “cistinuria”. Causa que los riñones liberen demasiada cantidad de un aminoácido específico (cistina).
¿Cómo se diagnostican los cálculos renales?
Si el médico cree que puedes tener un cálculo renal por los síntomas y el examen físico, probablemente, te hará pruebas para determinar el diagnóstico.
- Análisis de sangre: puede confirmarle al médico si hay demasiado calcio o ácido úrico en la sangre, lo que indicaría la probabilidad de que se trate de un cálculo. Los marcadores en la sangre le muestran al médico qué tan saludables están los riñones y permiten identificar otras afecciones médicas que podrían estar relacionadas (o no) con los cálculos renales.
- Análisis de orina: con una muestra de orina de 24 horas, se muestra si eliminas muchos minerales que podrían formar cálculos o si no hay suficientes sustancias que prevengan los cálculos.
- Diagnóstico por imágenes: los estudios, como las tomografías computarizadas (TC) y las ecografías, permiten detectar cálculos renales (incluso los muy pequeños).
Si crees que podrías expulsar un cálculo, probablemente, te pidan que orines en un colador para poder recogerlo aunque puede resultar un poco extraño ir al baño con un colador en la mano. Sin embargo, es importante que el médico verifique de qué se compone el cálculo para que puedas prevenir cálculos en el futuro.
¿Cuáles son los signos y síntomas de los cálculos renales?
Si has tenido la suerte de no haber experimentado nunca un cálculo renal, quizás, recuerdes que amigos o familiares menos afortunados dicen que fue el peor dolor de su vida. Puede que sientas dolor en el abdomen, la parte baja de la espalda y la ingle, a medida que el cálculo se abre paso a través del estrecho uréter y, finalmente, es expulsado del cuerpo. Un cálculo renal puede no causar síntomas, a menos que se salga del riñón y se aloje en el uréter. Allí, podría bloquear el flujo de la orina y provocar que el riñón se inflame, y se produzcan espasmos.3
Los síntomas de los cálculos renales incluyen los siguientes2, 3:
- Dolor sordo o agudo en el costado, la espalda, el abdomen, la ingle o debajo de las costillas
- Problemas, dolor o ardor al orinar
- Necesidad de orinar con frecuencia o en pequeñas cantidades
- Orina con sangre
- Orina turbia o con mal olor
- Orina rosada, roja o marrón
- Náuseas y vómitos
Ten en cuenta que el dolor de los cálculos renales puede moverse, a medida que el cálculo se desplaza. Entonces, es habitual que el dolor se desplace por la sección media e incluso cambie de intensidad.