Agotamiento del cuidador y estrategias para afrontarlo
Cuidar a un ser querido puede ser gratificante, pero también muy estresante. Las emociones que causan este tipo de estrés (la carga del cuidador), a veces, pueden resultar abrumadoras, pero existen distintas formas saludables de afrontarlas. Si eres cuidador, es importante que te permitas sentirte de esa manera y que recuerdes que los pensamientos y sentimientos negativos son normales.
¿Qué causa el desgaste del cuidador?
El desgaste del cuidador es un estado de agotamiento físico, emocional o mental que crea una sensación general de estrés y negatividad. Como cuidador, quizá, ya sepas lo crucial que es mantenerse saludable, feliz y seguro en tu función. Es útil saber qué puede causar el desgaste del cuidador, de modo que puedas tomar medidas para prevenirlo. Entre las causas frecuentes, se incluyen las siguientes1:
- Confusión de las funciones: es importante separar tu función y tus expectativas como cuidador de tu papel como cónyuge, padre, madre o amigo.
- Expectativas poco realistas: es probable que esperes ver un cambio positivo en la persona a quien cuidas. Sin embargo, puede que ese no sea el caso de las personas que padecen determinadas enfermedades, como Alzheimer o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
- Falta de control: tener tiempo, recursos y habilidades limitados para cuidar bien a un ser querido puede causar frustración. Quizá, sientas que no estás haciendo lo suficiente.
- Exigencias irrazonables: es posible que sientas la obligación de asumir tareas que no necesariamente debes hacer (en esos casos, resulta útil definir tu función).
- Falta de conciencia de uno mismo: puede que no reconozcas que te encuentras en un punto de quiebre hasta que tu propia salud y bienestar se vean afectados.
¿Cuáles son los signos de desgaste del cuidador?
El desgaste del cuidador se parece a cualquier situación de mucho estrés y causa el mismo tipo de síntomas. Sé honesto contigo mismo acerca de cómo te sientes. Entre los aspectos que debes tener en cuenta, se incluyen los siguientes1:
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Sentir agobio o preocupación
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Sentir cansancio con frecuencia
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Dormir demasiado o muy poco
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Subir o bajar de peso
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Enojarse con facilidad
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Perder el interés en actividades que antes disfrutabas
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Sentir tristeza con frecuencia
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Sufrir dolores de cabeza o dolores corporales frecuentes
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Consumo excesivo de alcohol o drogas (incluidos los medicamentos recetados)
¿Cuáles son las estrategias para afrontar el desgaste del cuidador?
Encontrar formas saludables de afrontar todas las emociones de tu función como cuidador contribuirá al bienestar físico y mental. Cuando logras mostrar lo mejor de ti, el ser querido al que estás cuidando también se beneficia. Sigue leyendo para conocer las formas de afrontar todas las emociones que puedas sentir como cuidador.
Ayudar a alguien de forma continua puede ser difícil, en especial, si la persona que recibe la atención no puede apreciar o aceptar la ayuda que le brindas. A veces, controlar tus emociones puede parecer casi imposible. Los brotes nerviosos y la sensación de que estás a punto de estallar suelen formar parte de la función de cuidador.
Estrategia de afrontamiento
Perdónate. Encuentra formas constructivas de expresarte, aprende a tomar distancia y tómate un tiempo de descanso. También es saludable encontrar personas que te apoyen y te permitan desahogarte sobre lo que desencadena tus sentimientos de ira.
Los sentimientos de desesperanza o impotencia, la incapacidad de experimentar alegría, los problemas para dormir, la ansiedad: todos estos son síntomas de depresión. Los cuidadores son un grupo en riesgo de padecer depresión, así que actúa con consciencia y honestidad acerca de cómo te sientes en el día a día.
Estrategia de afrontamiento
No ignores los síntomas de la depresión. Programa una cita con el médico o un profesional de la salud mental lo antes posible para elaborar un plan para lidiar con la depresión. Este plan puede incluir ejercicio, terapia o medicación.
Los peores escenarios y la incertidumbre que conlleva ser responsable de la salud y el bienestar de otra persona pueden causar ansiedad y miedo absoluto cuando comienzan a consumir tus pensamientos.
Estrategia de afrontamiento
Implementa un plan de contingencia para reducir la ansiedad. Por ejemplo, si te preocupa lo que sucedería si tienes una emergencia personal, pídele a un amigo que sea tu cuidador de respaldo y esté "de guardia". Además, asegúrate de hablar con alguien en quien confíes y que pueda ofrecerte una perspectiva tranquilizadora sobre aquello que te atemoriza.
La culpa del cuidador es frecuente debido a las expectativas que ponemos en nosotros mismos. A veces, nos decimos que "deberíamos" pensar o hacer ciertas cosas, por ejemplo, "deberíamos ser más pacientes" o "nunca deberíamos irritarnos". Puede ser mucha presión.
Estrategia de afrontamiento
Tómate las cosas con calma y establece estándares realistas. El objetivo no es la perfección. Siéntete orgulloso de querer ser un excelente cuidador y, al mismo tiempo, tómate un respiro si no logras la excelencia.
Atención de relevo para cuidadores
Quizás, hayas considerado la atención de relevo como una forma de descanso temporal de tus deberes de cuidador. La atención de relevo se presenta en muchas formas. Puedes pedirle a un amigo o familiar que cuide a tu ser querido durante unas horas al día o a la semana, o puedes buscar un centro oficial de atención de relevo. Existen muchas opciones, por lo que encontrar el tipo de apoyo indicado es más sencillo de lo que piensas.
¿A quién puedo acudir para que me ayude con el desgaste del cuidador?
Si tienes síntomas físicos o mentales de desgaste del cuidador, programa una cita con tu proveedor de atención primaria. El proveedor te hará recomendaciones sobre cómo lidiar con el estrés de forma saludable. También puede haber programas de salud mental disponibles para afrontar la situación. El proceso de afrontamiento de cada persona es diferente. Entre algunas opciones, se pueden incluir hablar con un terapeuta, llevar un diario, hacer cambios en el estilo de vida o, incluso, encontrar la manera de compartir tus tareas de cuidado con otra persona.